LA ÉTICA, SU OBJETIVO DE ESTUDIO Y SU SENTIDO SOCIO CULTURAL

 

OBJETO DE ESTUDIO DE LA ÉTICA

Teniendo en cuenta que a cada ciencia le corresponde un objeto de estudio particular y reconociendo el posible carácter científico de la Ética, su objeto de estudio ya lo hemos mencionado al afirmar la importancia de los valores morales, los cuales están circunscritos a la Moral. Es entonces, la Moral el objeto o tema de estudio de la Ética. La Ética necesita de la Moral para sacar sus conclusiones, para explicarla, para elaborar sus hipótesis y teorías, pero ello no significa que la tarea de la Ética consista en inventar o crear la Moral. La Moral entonces, es inherente al ser humano en la medida en que éste es un ser activo, que despliega su voluntad en la realidad natural y social, en forma consciente, libre y, por lo tanto, responsable.

 

De aquí se sigue que sólo el hombre es un ser moral, dado que en la realidad infrahumana sólo existe la necesidad y el determinismo de las conductas instintivas. Ahora bien, la ética se interesa por este actuar humano desde un punto de vista exclusivo y esencial: la conducta humana en tanto es regida, orientada e inspirada por valores, en tanto actúa según los ejes justo/injusto, debido/indebido.

 

I.- Conductas que no son objeto de estudio de la ética.

a. Una persona observa una pintura.

b. Practicar un deporte.

c. Escuchar música, o platicar.

 

II.- Conductas que son objeto de estudio de la ética.

1 Un maestro humilla a un alumno.

2 Robar es malo.

3 Decir mentiras no es correcto.

4 Sobornar a alguien es malo.

 

 

Existir es actuar. El hombre es ante todo acción. Esto es algo fundamental en la Ética que estudia precisamente la acción humana en cuanto tal (es decir, libre). En realidad, casi cualquier acción humana libre es, de por sí, moral (catalogable en términos de 'bueno’ o 'malo'). Algunas de estas acciones probablemente, la mayoría- parecen fluir de un modo casi espontáneo y natural: estoy trabajando, me relaciono con los demás y los respeto...no hay esfuerzo aparente, ni sensación de lucha o tensión. En cambio, en otros momentos, la acción es dolorosa: hay que vencer contradicciones exteriores y se vive un conflicto interior.

 

Es precisamente en los conflictos cuando se hace más evidente el carácter humano y moral de nuestra acción. Como se puede apreciar, la acción humana en tanto humana es compleja. El determinismo vigente para la realidad natural, plantea un desafío para el hombre en su vida personal y social. Al descubrir que nada está escrito en cuanto al destino, a su destino particular, y que es portador de una conciencia que le hace reconocer su propia libertad, surge el desconcierto, la duda, el temor, la angustia; y ante el error, la culpa y el remordimiento.


SENTIDO SOCIOCULTURAL DE LA ETICA


Cada persona nace en el seno de una cultura, es decir, se encuentra de entrada en un mundo de significados, de instituciones y de formas de vida cultivados por sus antecesores. Tiene que aprender a formar su propia visión del mundo a partir de creencias y actitudes que le son transmitidas por su comunidad cultural. De este modo, las acciones y decisiones de cada uno de sus miembros de una sociedad influyen en el desarrollo de cada cultura; la cultura se produce y se reproduce a través de las acciones y decisiones de los individuos.

 

Así pues, existe una interacción constante entre los individuos y la comunidad en la formación y el cambio de una sociedad. Actualmente, aunque hay diferentes definiciones del concepto de cultura, todas ellas incluyen elementos como las formas de conocimiento, las creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y prácticamente todas las capacidades y los hábitos adquiridos por los seres humanos como miembros de una sociedad. Para algunos autores, el concepto de cultura se opone al de naturaleza y se usa para nombrar el conjunto de conocimientos, técnicas, valores, creencias, prácticas, que caracterizan a un grupo humano y que se transmiten de una generación a otra.

 

La cultura es información transmitida por enseñanza y aprendizaje, y no por herencia genética. En su sentido más amplio, la cultura puede considerarse actualmente como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.1 De acuerdo con lo anterior, una cultura es una comunidad de personas con una tradición que ha sido cultivada a través del tiempo; que comparte una lengua, una historia, creencias, valores y prácticas. Además, sus miembros participan en un proyecto de vida basado en expectativas comunes. Una cultura es continuidad, tradición y así se arraiga en el pasado; pero también es proyecto, elección de fines y valores que orienten la acción colectiva, y así, está orientada hacia el futuro.

 

En este sentido, una cultura no es estática, sino que lleva en sí misma las posibilidades de su propio cambio; por ello, una cultura es un espacio de posibilidades, ofrece a sus miembros distintas elecciones posibles entre la repetición y la innovación. Por otro lado, también se habla de cultura para referirse a un conjunto más amplio que abarca varias culturas o pueblos distintos; por ejemplo, cuando se dice cultura occidental, cultura oriental, cultura cristiana, cultura indígena. En este caso, se consideran algunos rasgos comunes que constituyen las creencias o valoraciones que sirven de base a todas las demás, que pueden presentar variaciones entre los diferentes elementos que forman la “gran cultura”


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